El insomnio se puede definir como la dificultad o incapacidad para dormir o falta total de sueño. Se trata de una percepción subjetiva de la falta de sueño reparardor que se traduce en unas perores condiciones de vida, e incluye la dificultad para iniciar o mantener el sueño, así como el despertar temprano y la incapacidad para volverse a dormir.
Alrededor del 50% de la población sufre de insomnio transitorio a lo largo de su vida. Y un 10% padece de lo que llamamos insomnio crónico.
¿Pero, qué tipo de insomnio tengo?
Existen diversas clasificaciones, según la duración del trastorno, por la severidad con la que se presente, o su forma de presentarse:
Por duración
Transitorio o agudo: menos de 4 semanas
A corto plazo o subagudo: más de 4 semanas, pero menos de 3-6 meses
A largo plazo o crónico: más de 3-6 meses
Por severidad
Leve o ligero: ocurre casi cada noche. Existe un mínimo deterioro de la calidad de vida.
Moderado: cada noche. Empiezan a surgir ciertos signos del deterioro de la calidad de vida con síntomas como irritabilidad, ansiedad, fatiga...
Severo: cada noche. Los síntomas se sufren con mayor intensidad y por tanto la calidad de vida se ve algo más afectada.
Por forma de presentarse
Inicial o de conciliación: al conciliar el sueño
Medio o de mantenimiento del sueño: cuando no se puede dormir toda la noche seguida
Terminal o de final de sueño o de de despertar precoz: despertar antes de que acabe la noche.
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