Insomnio infantil

Los problemas de sueño son habituales en los primeros años y en concreto el insomnio es el más común de ellos. Puede afectar desde bebés de 6 meses a niños de 5 años, y generalemente viene asociado a hábitos inadecuados. Consiste principalmente en la dificultad para dormir solos, despertares continuos y/o sueños superficiales y descanso inferior a lo necesario para su edad.

La arquitectura del sueño se va modificando a lo largo de la vida de una persona, así por ejemplo durante los 4 primeros meses de vida los periodos de vigilia-sueño se repiten varias veces durante el día. Los recién nacidos pueden llegar a dormir hasta 20 horas al día, cantidad que irá disminiyendo paulatinamente hasta 13 ó 14 horas diarias a los 6-8 meses. A los dos años, el sueño nocturno de un niño es de unas 12 horas, y a los 10 años de unas 10 horas.

Síntomas y consecuencias

No se trata de niños con déficit de atención ni problemas psicológicos, sino con hábitos de sueño mal adquiridos. Los síntomas se suelen presentar en niños con actitudes muy perceptivas a su entorno, tanto acerca de la ansiedad e intranquilidad, como a la seguridad y tranquilidad. Tienen un sueño superficial en el que cualquier ruido los despierta, y durante el día se suelen mostrar irritables y con gran dependencia de aquellos que los cuidan.Finalmente si se calculan las horas totales de sueño resultan inferiores a las que serían adecuadas para su edad.

Al igual que el niño debe aprender a comer, también dede ser enseñado a dormir. Generar un buen hábito del sueño es fundamental para que más tarde no se dé lugar a consecuencias más graves, ya que un mal dormir del pequeño no sólo perjudica a su salud sino también al del resto de la familia.

Crear un hábito del sueño correcto

Para generar un hábito correcto es recomendable que se establezcan actividades relajantes y de intercambio de información entre los padres y el niño durante los 5 ó 10 minutos previos al sueño. Puede ser la lectura de un libro, la programación de algo para el día siguiente... pero ha de hacerse en un lugar distinto a la habitación, y una vez finalizado se le deja solo en el cuarto. Un muñeco o peluche como objeto transicional también puede ser de ayuda (algunas experiencias cuentan cómo es de utilidad que el muñeco del niño haya pasado primero un mes durmiendo con los padres para que adquiera su olor, así el pequeño también lo reconocerá como inductor de calma y compañía). Es preciso recordar que el niño recordará la situación previa a dormir cuando se despierte, de manera que si se durmió en brazos reclamará lo mismo, y si lo hizo solo lo asociará igualmente.

Por otra parte hay que señalar también ciertas pautas que deben ser evitadas, como el consumo de bebidas azucaras o estimulantes durante el día, así como el visionado de televisión o jugar a videojuegos antes de acostarse, ya que está estudiado que la exposición a pantallas luminosas en las horas próximas a dormir puede alterar el sueño de los pequeños. Una alimentación equilibrada y evitar las comidas pesadas para la noche también es importante. No resulta ser una solución acostarlos más tarde con el fin de cansarlos, pero sí es adecuado que durante el día realicen todo el ejercicio que les sea necesario.

Para saber conductas acerca del bebé y cómo se adapta mejor a los hábitos del sueño [Seguir leyendo >> ]

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